30 años sin Antonio Flores: icono musical, alma rota de una familia legendaria y su gran legado

Hoy, 30 de mayo, se cumplen 30 años de la muerte de Antonio Flores, una de las voces más auténticas y desgarradas del panorama musical español. Hijo de Lola Flores y Antonio González El Pescaílla, y hermano de Rosario y Lolita Flores. El cantante formó parte de una de las familias más emblemáticas de nuestro país.

La marcha de un gran icono musical

Antonio falleció tal día como hoy de 1995, a los 33 años, víctima de una sobredosis de barbitúricos y alcohol. Su muerte llegó tan solo 15 días después de la de su madre, la inolvidable Lola Flores, conocida como La Faraona, quien murió el 15 de mayo de ese mismo año a causa de un cáncer de mama.

La pérdida de su madre, su figura más amada, fue un golpe del que jamás pudo recuperarse. Como él mismo había dicho en más de una ocasión: "El día que se vaya mamá, me iré yo también".

Nacido en Madrid el 14 de noviembre de 1961, Antonio siempre fue considerado el más rebelde y bohemio de los Flores. Vivía intensamente, amaba la noche, y no ocultaba su afición por el desenfreno: "Me gusta mucho la noche, trasnochar y beber. Sacarme de la cabeza la responsabilidad y los deberes para mañana", confesó en su día.

Esa sensibilidad, junto con una personalidad marcada por la melancolía, lo convirtieron en un artista único, pero también en un alma frágil.

Su música, sin embargo, hablaba por él. Con canciones como No dudaría, Siete vidas, Alba o Cuerpo de mujer, Antonio dejó un legado musical eterno. Su estilo entre el rock, el flamenco y la canción de autor lo convirtió en un referente generacional.

Rosario habla sobre la pérdida

Su hermana, Rosario Flores, confesó en una emotiva entrevista en televisión: "Ella (Lola Flores) le dijo tú te vienes conmigo y él dijo, sí, me voy. Él siempre decía que cuando se fuera mamá, se iría él, no sé por qué... Todos morimos ese día, yo morí con mi hermano Antonio también, una parte de mí se murió".

A pesar del dolor, Rosario logró encontrar un camino para sanar gracias al nacimiento de su hija Lola en octubre de 1996. Estaba embarazada de pocas semanas cuando perdió a su madre y a su hermano, y la llegada de su hija le devolvió un hilo de esperanza.

El gran legado de Antonio, su hija Alba

Treinta años después, la figura de Antonio Flores sigue muy viva en la memoria colectiva. Su música continúa sonando en los coches, en los bares, en las casas, acompañando a quienes alguna vez se sintieron rotos como él.

Además, su estirpe artística ha seguido adelante gracias a su hija, la talentosa Alba Flores, actriz reconocida internacionalmente por su personaje en La casa de papel, entre otras producciones, y quien ahora ha estado trabajando en una película que nos permitirá conocer mejor quién fue su padre. ¡Esperemos que se estrene pronto!

Antonio no se fue del todo. Vive en sus letras, en su voz rasgada, en el recuerdo imborrable de una familia que representa el alma de la cultura española. Y hoy, tres décadas después, lo seguimos recordando como lo que fue: un genio sensible, auténtico y eterno.

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