window.onload = function () { (function(){function r(e){if(!window.frames[e]){if(document.body&&document.body.firstChild){var t=document.body;var n=document.createElement("iframe");n.style.display="none";n.name=e;n.title=e;t.insertBefore(n,t.firstChild)}else{setTimeout(function(){r(e)},5)}}}function e(n,a,o,c,d){function e(e,t,n,r){if(typeof n!=="function"){return}if(!window[a]){window[a]=[]}var i=false;if(d){i=d(e,r,n)}if(!i){window[a].push({command:e,version:t,callback:n,parameter:r})}}e.stub=true;e.stubVersion=2;function t(r){if(!window[n]||window[n].stub!==true){return}if(!r.data){return}var i=typeof r.data==="string";var e;try{e=i?JSON.parse(r.data):r.data}catch(t){return}if(e[o]){var a=e[o];window[n](a.command,a.version,function(e,t){var n={};n[c]={returnValue:e,success:t,callId:a.callId};if(r.source){r.source.postMessage(i?JSON.stringify(n):n,"*")}},a.parameter)}}if(typeof window[n]!=="function"){window[n]=e;if(window.addEventListener){window.addEventListener("message",t,false)}else{window.attachEvent("onmessage",t)}}}e("__tcfapi","__tcfapiBuffer","__tcfapiCall","__tcfapiReturn");r("__tcfapiLocator");(function(e,t){var n=document.createElement("link");n.as="script";var r=document.createElement("link");r.as="script";var i=document.createElement("script");i.id="spcloader";i.type="text/javascript";i["defer"]=true;i.charset="utf-8";var a="https://sdk.privacy-center.org/"+e+"/loader.js?target_type=notice&target="+t;if(window.didomiConfig&&window.didomiConfig.){var o=window.didomiConfig.;var c=o.country;var d=o.region;if(c){a=a+"&country="+c;if(d){a=a+"®ion="+d}}}n.href="https://sdk.privacy-center.org/";r.href="https://sdk.privacy-center.org/";i.src=a;var s=document.getElementsByTagName("script")[0];s.parentNode.insertBefore(i,s)})("829e56eb-a72b-4b64-91c3-1e63c21ebf06","PycgBf28")})(); };

INNOVACIÓN CULINARIA CON SABOR TRADICIONAL

Chuletas como nunca antes: el secreto de los cocineros polacos

Crujientes por fuera y jugosas por dentro. Así son las chuletas perfectas que los cocineros polacos logran gracias a un truco simple y sorprendente.

Chuleta de cerdo

Publicidad

Hay pocos platos tan deliciosos como unas buenas chuletas bien hechas. Sin embargo, conseguir que queden crujientes por fuera y tiernas por dentro puede ser todo un reto. Los cocineros polacos tienen una solución ingeniosa y deliciosa: marinar las chuletas en líquido de encurtidos, como el de los pepinillos, durante toda una noche.

Pepinillos
Pepinillos | iStock

Aunque suene poco convencional, este truco es toda una revelación. El vinagre y las especias presentes en el líquido ayudan a ablandar la carne y le aportan un toque de sabor que marca la diferencia. Al dejar las chuletas reposando durante varias horas, se consigue una textura jugosa y un gusto ligeramente especiado que eleva el plato a otro nivel.

Prepararlas es facilísimo: coloca las chuletas en un recipiente, cúbrelas con el líquido de encurtidos, tápalas y guárdalas en la nevera. Al día siguiente, solo tienes que secarlas con papel absorbente y cocinarlas como prefieras, ya sea fritas, a la plancha o al horno. El resultado te sorprenderá: una corteza crujiente y una carne que se deshace en la boca.

Chuletas
Chuletas | iStock

Este truco no solo es eficaz, sino también práctico y accesible para cualquiera. No hace falta ser un experto ni disponer de ingredientes complicados.

Este truco es la prueba de que, a veces, los secretos culinarios más sencillos son los que dejan el recuerdo más duradero en el paladar y en el corazón. Así que la próxima vez que prepares chuletas, anímate a probar este truco polaco.

Novamas» Cocina

Publicidad