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Salud mental

El calor extremo repercute en nuestra salud mental: "El cerebro no descansa"

Las personas mayores son las más vulnerables a que sus patologías previas empeoren.

Imagen de archivo de una persona con insomnio

Imagen de archivo de una persona con insomnioPexels

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Las temperaturas extremas como las que hemos vivido en las recientes olas de calor tienen repercusiones directas en nuestra salud física, pero también en la mental. Las alteraciones más comunes asociadas son el insomnio, el aumento de la irritabilidad y el empeoramiento de los trastornos psiquiátricos padecidos. De hecho, un estudio realizado por la Universidad A&M de Texas revela que el riesgo de empeoramiento de las patologías previas se sitúa entre un 5% y un 18%.

El umbral de resistencia varía en función de diversos factores, entre ellos las condiciones individuales, aunque "a partir de los 45 °C nuestro sistema nervioso central empieza tener serios problemas para atender, recordar y dificultades para memorizar", apunta el doctor José Carlos Fuertes, médico psiquiatra.

El calor también puede provocar alteraciones en la conducta. Las más habituales son la "irritabilidad, la disminución de la tolerancia a la frustración y conductas más hostiles o más agresivas", desarrolla el doctor Fuertes.

Las causas de que nuestra salud mental se vea afectada son las mismas que provocan un perjuicio de la salud física. "Cuando se produce una alteración hidroelectrolítica, cuando varían los iones, cuando disminuye la cantidad de plasma circulante o cuando se produce una deshidratación, eso afecta directamente al cerebro. Por tanto, aparecen síntomas como tristeza, abatimiento, irritabilidad, agresividad, trastornos del sueño...", explica el especialista.

A la hora de prevenir los efectos de las elevadas temperaturas en la salud mental, las recomendaciones son las mismas que se aconsejan para combatir los efectos somáticos en el organismo: evitar la exposición en las horas centrales del día, hidratarnos, etc. "Lo que es aplicable al organismo también es aplicable al cerebro. No deja de ser una parte más de nuestro cuerpo", afirma el médico psiquiatra.

Las personas mayores son más vulnerables

Las personas mayores, especialmente aquellas por encima de los 75 años, tienen mayor riesgo de que sus patologías previas se potencien por las altas temperaturas, ya que son más vulnerables a las olas de calor.

Además, en el caso de que padezcan demencia, "los síntomas de agitación, inquietud y excitación se van a incrementar", afirma el doctor Fuertes.

Las consecuencias del insomnio

El insomnio es uno de los efectos más frecuentes del calor y repercute directamente en nuestro día a día. "Si la persona no duerme, el cerebro no descansa. Se levanta con una sensación de agotamiento, de cansancio, de no haber conseguido recuperar energía y eso durante todo el día se va a ir incrementando, de forma que va a obtener un enlentecimiento motor, una menor agilidad mental, una mayor dificultad para establecer determinadas conexiones en la memoria, en los reflejos, etc.", argumenta el psiquiatra.

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