Haz preguntas claras y específicas. Cuanto más confuso seas, más probable que la IA se pierda.
No te fíes ciegamente. La IA no sabe si está diciendo la verdad. Tú sí puedes comprobarlo.
Revisa siempre la información. Busca fuentes, compara datos, piensa un poco antes de repetir lo que dice.
Recuerda que la IA no es inteligente. No razona, no entiende contexto, no tiene conciencia ni sentido común, como señala Antonio Bahamonde, expresidente de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (AEPIA).