Barcelona
Oleada de robos de comida: las gaviotas intimidan a los turistas en la plaza tras la Boquería
Decenas de estas aves se concentran detrás del mercado de la Boquería para robar la comida de quienes comen allí.
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Llegamos a la plaza de la Gardunya —situada justo detrás del popular mercado de la Boquería, en Barcelona— y vemos cómo decenas de gaviotas se concentran en la zona. Acechan desde los tejados, desde lo alto de las farolas y también desde el suelo. ¿Su objetivo? Robar la comida de los turistas que se sientan a comer allí.
Durante estos días, la plaza se llena de visitantes que, tras recorrer el mercado, salen con bandejas de comida —unas con raciones de paella, otras con fritura de pescado— y se sientan bajo los árboles a disfrutar del almuerzo.
Es entonces cuando aparecen las gaviotas. Algunas se colocan justo delante de los comensales, mirándolos fijamente en busca de un descuido. Otras se sitúan por detrás, esperando el momento oportuno para lanzarse sobre la comida. Comprobamos cómo una de ellas se acerca sigilosamente por la espalda de un turista y, en un instante de distracción, se lleva el botín.
"Me han robado las croquetas. Ahora no las voy a poder probar", relata un turista francés a un equipo de Antena 3 Noticias. "Yo tengo mi bandeja bien protegida", comenta otro chico, originario de Guatemala.
La mayoría de las gaviotas aparecen al mediodía y esperan con paciencia."Son muy listas. Saben a qué hora venir", dice un viajero habitual.
Un comerciante de la zona describe su modus operandi: "Se esperan en la puerta del mercado. Cuando salen los turistas con las bandejitas, ellas vuelan bajo y les roban la comida". Y añade: "Lo que más les gusta es la paella. Se comen las gambas, los mejillones... El arroz lo dejan".
Para intentar frenar el problema, el Ayuntamiento de Barcelona ha sustituido las papeleras e instalado en la plaza contenedores especiales, diseñados para impedir que las aves metan el pico y saquen la basura.
Sin embargo, algunos turistas siguen cometiendo el error de darles de comer, lo que provoca peleas entre las gaviotas, que se han convertido en las verdaderas dueñas del lugar.
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